miércoles, 19 de mayo de 2010

Cátedra Popular San Juan

Al dejar instaladas las Cátedras Populares en la provincia de San Juan la ministra de Desarrollo Social, Alicia Kirchner, pronunció un discurso en el que describió el escenario de las políticas sociales y mencionó los logros de su gestión al frente de la cartera social.






No voy a hablar de políticas sociales desde una entelequia ni me gustan las recetas. No sirven las viejas matrices de la década del ’90 que derramaban programas enlatados y que se decía que eran para hacer frente a la pobreza.

El mundo y sus líderes mundiales no han sido capaces de reducirla pese a que en la Cumbre de Copenhague, en 1995, se acordó hacerlo en un 50 por ciento. Claro… con el aporte de los países ricos, sin embargo estos desde la concentración económica, siguen generando pobreza. Tal como dijo la presidenta, Cristina Fernández, “algunos quieren un país para pocos y no para todos, contrariamente a nosotros. Esto es lo injusto y hay que cambiarlo desde la política”.

No pactamos con la pobreza. Estamos empeñados en una dura batalla contra la injusticia y la inequidad. Esta línea es apoyada y tuvo su mayor expresión en la encíclica “CARITAS IN VERITATIS” (caridad en la verdad) del 29 de junio pasado dirigida a todo el mundo, donde el Papa hace referencia a algunos grupos que gozan de un tipo de superdesarrollo derrochador y consumista destacando el escándalo de las disparidades HIRIENTES. La actual crisis internacional ha profundizado esta desigualdad.

Nuestra caída se produjo hace ya más de tres décadas y se cristalizó cuando algunos gobiernos, por ejemplo el de Carlos Saúl Menem, clausuraron las puertas de las fábricas de las pequeñas y medianas empresas, de los complejos industriales, de los astilleros, de los ferrocarriles. Alguien también cuyo nombre y apellido es Domingo Cavallo (que obró como jefe intelectual y económico del país, inclusive con el Gobierno del Dr. De La Rua) dijo alguna vez que en nuestro país era más importante fabricar caramelos que acero. Y nos callamos y aceptamos. Todos. O la mayoría.

La pobreza de hoy en la Argentina es la herencia de un modelo internacional que tuvo sus cónsules nativos, que aún hoy desvergonzadamente se animan a opinar como si nada hubiesen tenido que ver. Son los que se apropiaron de las riquezas y hoy quieren apropiarse del dolor de la pobreza, en un discurso vacío, ya que carecen de la sinceridad necesaria para enfrentar este flagelo, que sólo exige una acción generosa, saber compartir la riqueza. En esa apropiación de palabras vacías existe sí, pobreza mental.

A la pobreza se la puede mirar de distintas maneras. Desde la beneficencia que alivia conciencias y hasta recupera indulgencias, o desde un laboratorio que termina considerando a los pobres en tubos de ensayo o como herramienta clientelar; también se la puede ver y abordar desde la solidaridad. Lo que más cuesta es entender que para romper el círculo de la pobreza es necesario compartir, hacer, dar al que necesita, tenemos autoridad moral para decirlo, asumimos la gestión casi con un 60% de pobreza. Nuestro compromiso siempre es con los que menos tienen.

No hay un plan social que pueda por sí mismo resolver el problema de la pobreza, Nuestras provincias y los mas de 3.200 municipios y comunas tienen distintas realidades. No se trata solo de transferir fondos, es mucho más complejo. No es simplemente subsidiar a los pobres en un padrón que nos debe avergonzar. Hasta en plena crisis se llegó a publicar en un Registro Público, con nombre y apellido a los pobres, para estigmatizar aún más a los que menos tienen. ¿Hay acaso un padrón de la riqueza? Se deja de ser pobre no solamente cuando se recibe un ingreso, sino cuando el Estado propicia el acceso para que la persona sea verdadera sujeto de derechos y obligaciones. Y Estado somos todos.

No nos vamos a cansar de decir que la mejor política social es el empleo. El profesor Sen, premio Nobel de Economía en 1998, suele decir que “el primer puente estratégico para abordar la cuestión de la pobreza es el aumento de las oportunidades de empleo”. Esos puentes algunos no los consideran útiles, porque significa ceder parte de su poder económico, el que disfrutaron con el modelo neoliberal, que dio paso –como antes decía en el 2001-2002- a una de las crisis más graves que se pretendió solucionar con una política masiva de subsidios de compensación social. Vale recordar como fue el Plan Jefes y Jefas, que en principio fue planteado por el gobierno de entonces como universal. A poco de andar –mayo de 2002- se tuvieron que cerrar los registros por falta de financiamiento. Esta es la verdad, pero pocos la dicen.

En realidad los pobres, perdón, las personas pobres en la Argentina y en el Mundo no quieren limosnas. Quieren trabajo. Claman por trabajo. Porque el trabajo dignifica la condición humana y genera riqueza y calidad de vida y es lo que privilegia nuestro Gobierno, las fuentes de trabajo y lo que propicia este Ministerio con las cooperativas y los microcréditos con la Economía Social.

Nuestras raíces cristianas nos explican que la parábola de la multiplicación de los panes y los peces, tuvo y tiene el significado de compartir con los demás. Compartir lo que tenemos, dar hasta que nos duela como decía la madre Teresa. Ese fue y debe ser el milagro.

Los que escuchaban a Jesús, hambrientos del pan y la palabra, al ser interpelados pusieron lo poco que tenían y se maravillaron al ver que el alimento se multiplicó y hasta sobró. Entonces entendieron que la pobreza en que vivían no era por falta de alimentos, sino por la avaricia y el egoísmo de unos pocos.

Muchos y muchas que se asumen como expertos o investigadores, en realidad manipuladores, hablan de pobreza en tercera persona y en realidad defienden a sus consultoras e intereses creados, viven de la pobreza generando otra suerte de clientelismo. Hay que darle valor y significado a las palabras, éstas deben traducirse en hechos, bien lo saben los empleados del Ministerio de Desarrollo Social de la nación y las miles de personas que en la Argentina trabajan por lo que menos tienen y que mientras otros hablan, están todos los días del año, a toda hora, en las villas, en los barrios, junto al que sufre, luchando, para transformar la realidad. Asumimos la voz de los que no la tienen y actuamos en consecuencia. Cuando uno tiene convicciones se juega y nuestro equipo como parte del gobierno nacional lo hace siempre junto con muchas provincias, municipios, organizaciones sociales, cooperadoras, clubes de barrio, AMIA, parroquias de cáritas y otras miles de parroquias de la iglesia católica y evangélica. Somos el estado presente, tenemos la responsabilidad de conducir las políticas sociales articulando, trabajando y asumiendo la experiencia vital y cotidiana de los que menos tienen. Y es bueno saber que desde 2003 a la fecha, hemos invertido en políticas públicas, no gastado, más de 41.000 millones de pesos, en la cobertura de las familias más necesitadas, llegando a 1.972.873 titulares de familias con prestaciones mensuales. Y a las pruebas me remito.

Solamente la variación del crédito ejecutado en políticas sociales alcanzó, comparando el año 2001 con el 2009, un aumento del 809,21%. Se pasó de una inversión en el año 2001 de mil ochenta y tres millones de pesos, a una inversión en el 2009 de diez mil doscientos veintiocho millones de pesos. Esto es hacerse cargo.

De 176.000 Pensiones asistenciales en el comienzo de nuestra gestión, pasamos a 810.000 titulares madres de siete hijos, discapacitados y mayores de setenta años, en la actualidad, con una inversión desde el año 2003 a la fecha de 15.954 millones de pesos. En el Plan Familias y en el Registro Nacional de Efectores hemos alcanzado 743.251 prestaciones, con una inversión de 5.857 millones de pesos para el mismo período. En prestaciones complementarias con el Plan Nacional de Seguridad Alimentaria estamos llegando, con el 80% tarjetizado o con tickets a 1.830.899 familias, con una inversión de 4.425 millones de pesos. Con el microcrédito, programa recientemente iniciado, estamos llegando a 77.000 familias con 100.000 microcréditos.

Además en políticas sociales se deben tener presente las prestaciones sociales desarrolladas por el Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social en el Plan Jefes y Jefas, hoy con 419.622 destinatarios, con una inversión desde el 2003 a la fecha de 15.090 millones de pesos.

Desde la ANSES llegamos al día de hoy a 2.113.808 titulares de pensiones, sino fuera por la moratoria determinada por nuestro gobierno; estas familias hoy estarían excluidas.

Hoy la Argentina cuenta, por primera vez en su historia, con un Plan Nacional de Acción por los Derechos de los Niños, Niñas y Adolescentes para todo el país, que es un gran acuerdo de todos los ministerios nacionales, las 23 provincias, las organizaciones sociales y religiosas; y que permite efectivizar día a día la cobertura de más de 3.700.000 niñas y niños de nuestro país con ingresos mensuales directos a sus familias, esto desde la articulación de los planes en una escala que nunca se había hecho en el país.

También hemos puesto en marcha en los lugares más vulnerables, los Centros Integradores Comunitarios, que es un modelo de acción altamente participativo, solidario y, como su nombre lo define, INTEGRADOR, que ayuda a evitar otras fracturas sociales. Con respecto al Ministerio de desarrollo Social quiero contarles algo. Si comparamos la inversión social por ejemplo del año 1995 con casi un 30% de pobreza y la del año 2008, observamos que en el año 1995 el 40,26% del presupuesto se destinaba a inversión social, para las familias más vulnerables y el 60% era para las consultoras, la privatización de la política social.

En el 2008 el 97,70% del presupuesto se destina a inversión social y podría seguir comparando y se observaría simplemente que recién a partir de 2003 hubo políticas públicas de inversión social con impacto.

Pero además, en el país, nuestro Gobierno ha terminado 375 mil viviendas y mejoramientos habitacionales, que benefician con un techo digno a dos millones de personas. Estamos construyendo 200.000 viviendas más y por iniciar otras 300.000.-

Por otra parte, entre otros grandes logros que hemos tenido en todo el país y que representan una inversión histórica, hemos finalizado la construcción de 650 escuelas, con una inversión del Plan de más de 1.700 millones de pesos; también debemos destacar la Ley de Financiamiento Educativo que permitirá en el 2010 llegar al 6% del PBI; la Ley de Educación Técnica Profesional, invirtiendo 515 millones de pesos, esto es capacitación para el trabajo.

La red vial pavimentada nacional creció en 3.000 kilómetros ayudando a vincular las regiones de nuestro país. Es bueno saber también, porque hace a nuestra lucha contra la pobreza, que desde el año 2003 hemos invertido 4.785 millones de pesos en agua y cloacas para cinco millones de argentinos.

Estamos muy cerca de los que menos tienen esa es nuestra bandera y trabajamos con y junto a ellos. Y sin soberbia ninguna, creo que en las acciones diarias, quizás no decimos todo lo que hacemos por el respeto a la dignidad del ser humano ante la hipotética posibilidad de causar con la promoción de lo que hicimos y hacemos, un daño mayor al que queremos reparar. No creo que haya existido, una gestión nacional que en políticas sociales haya hecho lo que hicimos y hace este Gobierno, en calidad y profundidad, con amor, con entrega, pese a todo lo que nos falta todavía, salvo, claro está, la incomparable Eva Perón. Y este pueblo de San Juan lo sabe y a lo largo y a lo ancho de nuestro país, los más humildes también lo saben, los que no quieren saber y dicen que no tenemos políticas sociales son los sectores políticos y del poder económico que vuelven a repetir sus contradicciones y esto es lo inmoral, cuando tuvieron la oportunidad de crear empleo, privatizaron, apoyaron la flexibilización laboral, hicieron a los pobres invisibles, como invisibles fueron las voces que deberían haberse alzado.

Siendo parte del campo académico, acompaño permanentemente la acción de investigación de la política social, su evaluación y monitoreo; tengo el honor de ser Vicepresidenta en representación de la Región Latinoamericana y el Caribe por el programa que estudia las transformaciones sociales en el mundo dependiente de la UNESCO, tal distinción me lleva a decir que lo académico nos permite abrir caminos y derribar muros mentales, pero es insuficiente sino se pone amor, pasión, militancia, mística en lo que se hace, por eso necesitamos que todos los sectores que realmente sienten compromiso social y que son muchos, no los hipócritas ni los oportunistas políticos, ni los difamadores, los que hacen de la mentira y los denuestos habituales, su forma de comunicarse con la gente, nos ayuden a vencer este flagelo social. Por eso coincido con el pensamiento de su santidad Benedicto XVI cuando reclama con sus palabras dirigidas habitualmente a todos los países del mundo, que se enfrente lo que se denomina escándalo de la pobreza, o como dice nuestra Presidenta Cristina Fernández de Kirchner refiriéndose a nuestro país NADIE PUEDE ESTAR TRANQUILO MIENTRAS HAYA UN SOLO POBRE EN LA ARGENTINA.

Se ha hecho mucho entonces por elevar la calidad de vida, sabemos que todavía falta mucho más. No será fácil, cuando en el camino la avidez y el egoísmo de algunos que todo lo tienen, pretenden impedir que la nuestra sea una tierra de justicia e inclusión social, no ayudan tampoco los que hacen que cunda el desánimo, difundiendo diagnósticos catastróficos y alarmistas, negando todo lo que se avanzó, con el único resultado de que el pueblo descrea de sus gobernantes. Pese a las adversidades seguiremos haciendo, caminando, transformando, sabemos bien lo que falta, pero mientras haya un niño en la calle, un adolescente que se arruine con el paco, una familia a la que le falte trabajo, nuestra labor no estará concluida. Más trabajo, más compromiso, mejor distribución de la riqueza, justicia social, participación de la comunidad, esas son nuestras convicciones, por eso, reitero, llamo a todos y a todas los que sienten realmente ganas y compromiso de trabajar para seguir cambiando la realidad.

Confío plenamente en este liderazgo innovador con el que ustedes trabajarán la aplicación de las políticas sociales desde las cátedras populares; porque estoy convencida que lo bueno surge de la idiosincrasia de cada territorio con la mirada colectiva del país que queremos. Gracias Señor Gobernador por esta invitación. Espero que este espacio nos ayude a construir un país más justo. Me interpelo y los interpelo a todos los que tienen responsabilidades institucionales y jurisdiccionales, no es momento de lavarse las manos, nosotros como Gobierno Nacional con nuestras fortalezas y nuestros errores siempre hemos estado y ustedes lo saben, kilómetros y kilómetros recorridos trabajando con acciones concretas, junto a los argentinos y argentinas donde pese a la exclusión que nos dejaron las décadas perdidas, trabajamos juntos para hacer brotar la esperanza por un país mejor, por un país de derechos, por un país para todos y todas.

Que hubiese sido si la estafa internacional que conmocionó los cimientos del mundo hubiera ocurrido en la Argentina en el 2001. Como ayer y como hoy redoblando todos los esfuerzos, invito a todos y todas las instituciones que se comprometen con el bien común para fortalecer los caminos de mayor inclusión, porque más allá de los escenarios, nuestro compromiso es con la vida.

Creo que el Plan Nacional de Acción por los Derechos de los niños y niñas es el desafío y el compromiso de todo argentino de bien.

Nunca pero nunca vamos a pactar con la pobreza, la debemos derrotar.

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